sábado

Y aunque duela, es mi deber darte a sentir.

4/02/10


4 AM y mi tercer mate ya lavado, mi razón desgastada de pensar constantemente (es inevitable) en la situación en la que me encuentro hace varios días.

La incertidumbre que tengo dentro y lo ajena que me siento a vos, esas abundantes ganas de eliminar el momento en que tú ser me llevo hasta vos.Sin casi cruzar palabras, sabia que debajo de esa figura casi misteriosa había algo más. Y me detesto por ser tan curiosa y querer andar por la vida descongelando iceberg (porque claro así te llamo, tus características frías no me dejan llamarte de otra manera). Tal vez si no tendría esa manía de hacerme la superpoderosa nunca se hubiera concretado nuestro acercamiento virtual y después inclinarlo a lo real. Tal vez me hubiera quedado con las ganas de conocer tu tono de voz o de mirar tus gestos al hablar, no sabría tampoco lo bien que me hace tenerte cerca y me restringiría mi mal estar de estos últimos días y mi mirada apagada. No entiendo este vacío tan grande por dentro, no entiendo que hago ahora escribiendo, si total las cosas no van a cambiar en nada, supongo que es una buena forma de desahogarme y no dejar la almohada mojada una vez más. Me gustaría cerrar los ojos, abrirlos y esto que siento no me pase. Evitar todas esas lágrimas derramadas desesperadamente, eliminar todo ese dolor que me da escalofríos. Seria hermoso para mi saber que el “no me puedo enojar con vos” no tenga fecha de vencimiento, ojala fuera así, ojala volver a leerlo, se notaba tan genuino. Ojala en este momento no me sentiría tan sola, tan dejada de lado, tan excluida, tan impaciente. Lloro una y mil veces, no puedo parar. Te extraño y necesito que este acá conmigo, que me prestes un oído, que pueda ser sincera con vos y confiarte todos mis secretos, pero no puede ser. Hoy no estas, mañana tampoco, pasado quien sabe.


¿Y como no sentirme asi?